La hora de dormir puede sentirse como una batalla—quejas, excusas y mil vasos de agua. Estás agotado(a), y tu hijo todavía tiene energía.
Ponerle una pantalla puede parecer práctico, pero en realidad empeora el sueño. El cerebro sigue activo, y el cuerpo no sabe cómo relajarse.
El yoga ofrece una forma tranquila y sin pantallas para preparar el descanso. Solo unos minutos pueden cambiar el caos por calma.
Los movimientos suaves y la respiración liberan la energía acumulada. Le dicen al sistema nervioso: “Es hora de descansar.”
Prueba esta rutina nocturna:
• Estírate como un gato: En cuatro patas, estírate hacia adelante y atrás como un gatito con sueño.
• Respiración “buenas noches”: Inhala en 4, exhala en 6, imaginando soplar estrellas en el cielo.
• Postura de vela: Acostado(a), sube las piernas como una vela, luego bájalas y acurrúcate en la cama.
Los niños que hacen yoga antes de dormir suelen dormirse más rápido y despertar de mejor humor. Es un cierre pacífico para todos.